Para nadie es un secreto que en la tecnología ha avanzando fuertemente durante los últimos años, hoy en día el desarrollo tecnológico ha llegado a todas las áreas de la vida, comunicaciones, sector médico y la industria en general, modificando todo; generando nuevas opciones, cambiando los mercados y la manera en la que se realizan los negocios.
El sector legal ha sido uno de los sectores de mayor resistencia a la implementación y al uso de nuevas tecnologías, y existen varias razones como la mentalidad de las firmas de abogados, la forma en que se procesan los casos y los costos de implementación para algunas firmas, entre otras.
En América Latina, la transformación legal a la era de la digitalización ha sido más lenta que en otras partes del mundo, ya que los servicios legales en esta región se han mantenido desactualizados, en parte a la forma tradicional de hacer negocios, y el temor a cambiar el modelo frente a los nuevos retos, la necesidad de capacitar al personal sobre nuevas tecnologías y hacer frente a los costos de implementación que esto podría implicar.
El sector legal desde la crisis económica del 2008 en el mundo, tuvo que modificar forzosamente la forma de hacer negocios y el cliente tomó el mando, ya que aparecieron en escena nuevos competidores y las grandes firmas tuvieron que modificar sus modelos, desarrollar métodos que permitieran optimizar los procesos y mejorar los costos. Ante la nueva crisis mundial, el sector legal deberá modificarse aún más, y entender que la tecnología vino para quedarse, y deberá utilizarla como una aliada, generando automatizaciones de procesos legales y brindando facilidades generales y sobre todo económicas al cliente.
Antes de esta crisis sanitaria del Covid 19, al menos en Costa Rica, lo usual para la mayoría de los despachos era atender clientes de manera presencial, tramitar la mayoría de las gestiones de manera personal o física ante la entidad correspondiente, lo anterior; a pesar que desde hace ya algunos años se ha implementado ciertas facilidades tecnológicas para los abogados y usuarios del sistema legal costarricense, tales como la presentación de escrituras públicas mediante una ventanilla digital del Registro Nacional, la creación de empresas mediante la página crearempresa.go.cr, implementación de firma digital, presentación de índices de manera digital y presentación de escritos judiciales mediante la página del Poder Judicial, para mencionar algunos.
Sin embargo muchos de estos recursos digitales hasta antes de la cuarentena por Covid-19, en su mayoría no eran usados por los abogados, hasta que hoy por hoy muchos se han visto forzados a dar un paso hacia adelante, adaptarse y empezar a utilizar esta tecnología.
Está claro que en los años venideros los abogados deberemos prepararnos de una mejor manera, capacitarnos sobre nuevas tecnologías y desde ya debemos empezar a implementar nuevos modelos que permitan desarrollar un servicio que agregue gran valor al cliente, que enfatice en las necesidades y sobre todo en los resultados deseados por él mismo.
A la fecha, podemos empezar a decir que los modelos que habían venido desarrollando las firmas de abogados en la región, donde era el abogado el que decía cuantas horas eran necesarias para atender el caso, cuanto personal debía involucrarse y donde al cliente no le quedaba ninguna opción que aceptar facturas muy elevadas, ha quedado en el pasado; pues la presencia de nuevas firmas y la necesidad de empezar a automatizar procesos mediante la tecnología. Como, por ejemplo, la revisión de contratos mediante inteligencia artificial, apoyo en procesos complejos, utilización de legal analytics y otros.
Esto dará pie a que las firmas de abogados se enfoquen en los resultados y sin duda alguna deberán ajustar los costos legales a la hora de facturar.
Falta mucho por definir, pero será necesario entonces contar con personal calificado, pues la implementación de la inteligencia artificial y la tecnología en general, no pretende despojar a los profesionales en derecho y otros participantes de su trabajo, pero si será necesario entonces capacitar al personal y abogados, porque las herramientas tecnológicas serán fundamentales para brindar un servicio ágil, innovador y sobre todo de alta calidad al cliente.
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